Hola Yolanda, por fin puedo escribir...
En primer lugar, agradeceros la experiencia de la Cerrada, fue una maravilla. Me sentí arropada, acompañada, querida, comprendida, mimada... era lo que necesitaba. Me sentí la Gran-diosa de la que siempre nos hablas en las clases.
Me encantó compartir ese momento con vosotras tres, fue muy especial.
La Cerrada ha conseguido cerrar un círculo en mi vida. En el 2010 me detectaron el virus del papiloma y me hicieron una conización. Viví aquello como una mutilación, afectó a mis relaciones sexuales. Me costó recuperarme. De alguna forma, yo creo que repercutió en mi fertilidad.
He pasado muchos años buscando a mi bebé; al principio, de forma natural y por último, con la ayuda de la Seguridad social.
Desde el año pasado, decidí que tenía que tomar una actitud positiva en esa búsqueda. Me apunté a las clases del Método Laxmi con Ester. Tomé conciencia de mi útero, empecé a quererle y a prepararle para que fuera un nido perfecto. Después inicié clases de Kundalini, que impartía una amiga. Uno de los trabajos que hicimos, fue un collage con lo que deseábamos para este año. Yo me centré en el útero-nido y en la esperanza de embarazo. Parece que funcionó. El 22 de febrero me daban la buena noticia: estaba embarazada.
Por último, cuando ya tenía a mi joyita de luz, encontré tus clases de prenatal, que me ayudaron a comunicarme con mi pequeñín.
Ha sido una evolución preciosa y, la Cerrada hizo un recorrido por todas estas fases, pudiendo dar las gracias por el bello resultado: mi pequeño Darío.
Durante el ritual eché de menos a dos amigas: Marisol, que ha vivido conmigo, desde hace años, mi anhelo de quedarme embarazada y, Carmen, amiga y profesora de Kundalini.
Estuve muy cómoda. Pude hablar abiertamente con vosotras de lo que viví en el parto y, sobre todo, lo dura que fue la primera semana, hasta que se fue colocando todo en su sitio. Fue una liberación y, aunque procuro tomármelo con sentido del humor, se pasa mal, porque no toda la gente de tu entorno, entiende lo que te está pasando.
Durante el baño vaginal conecté con mi útero, y le agradecí todo el trabajo que había hecho estos últimos años.
Me encantó el masaje. Muy agradable que fuera a 4 manos. La envoltura fue increíble. Nunca había experimentado nada parecido. Cuando aflojábais el rebozo, desaparecían todas las tensiones acumuladas. Me quedé muy relajada.
Una vez cerrado el círculo, comienza una nueva etapa en mi vida. Ahora me toca disfrutar de mi pequeñín.
Muchas gracias!!!! Muchos besos para Arancha y para ti.
Nos vemos pronto!!!!
